lunes, 6 de abril de 2009

Mi jaula particular

¿Cómo amar la jaula?
¿Cómo sonreírle a los barrotes?

Si mi alma aúlla en silencio
reclamando mi libertad.

Si me duele la piel
por la necesidad de volar lejos

Si me sangran los ojos
de contener las lágrimas
por la nostalgia de mi hogar.

Mi cuerpo agoniza
encadenado a los muros,
ya tan familiares,
que se han amoldado a mi carne.

Y el terrible miedo que me agobia,
de acostumbrarme a que el encierro,
doblegue mi férrea voluntad.

Una monedita de sol se filtra por la cerradura...

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