lunes, 9 de febrero de 2009

Sin perdón

No hay disculpas
ni perdón
…para los asesinos.

Que acusaron, juzgaron,
condenaron y castigaron.
Viles verdugos de ángeles.

Soberbios y vanidosos
Crueles, desalmados
… y malditos.

Creyeron tener la verdad
entre las manos
Y lo único que tenían
eran sus propias miserias,
de humanos despreciables.

No son dioses
más que de sus propios
infiernos particulares
…y eternamente mediocres.

No pueden resucitar a los muertos,
de su desvelo infinito y negro.
Ni se pueden curar las plumas,
con lágrimas de arrepentimiento.

Se impone el silencio
Y yo los maldigo…

Que el dolor no les de tregua.
Que la infelicidad sea eterna.
Que la amargura les pudra las entrañas.

¡Malditos sean por toda la eternidad!
Así sea.

0 comentarios: