viernes, 20 de febrero de 2009

Desde las profundas tinieblas

Desde las tinieblas se levanta un ser
Un ángel negro que asolará las almas
Trae consigo la espada forjada con acero del averno
En su mano izquierda la rosa negra de la muerte

Las heridas de sus alas de ébano se han cauterizado
Y la sangre de sus ojos se ha secado en el vapor del azufre
Ya se acerca…espera impaciente su momento
No habrá quien se oponga a su helado tormento

Su juramento…”No tendré piedad”
La tortura será eterna.
La oscuridad absoluta se apoderará del mundo,
convirtiéndolo en un desierto de desolación y dolor
Y la única lluvia será la de las lágrimas amargas,
derramada por las nubes ácidas
de aquellos ojos que lo condenaron en el pasado.

Desde la oscuridad llegará

Y traerá la luz…de los fuegos del infierno

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