mientras la brisa fresca del mar
se colaba entre mis ropas,
estremeciéndome la piel.
Me sedujo… me seduce.
El sol rendía tributo a las olas,
vistiéndolas de zafiros y diamantes.
Ignorando alguna nube pasajera y celosa,
que perturbaba el homenaje.
Me tentaba… me tienta.
Llegué hasta la espuma,
que acariciaba mis pies,
Con pequeños movimientos,
me acerqué cada vez más y más.
Me llamaba… me llama.
El mar fue tomándome entre sus brazos,
atrayéndome posesivo y celoso,
sabiéndome suya,
exclusiva para él.
Me atrajo… me atrae.
No miré hacia atrás,
en la playa quedó el pasado,
el presente está en el mar.
El futuro no lo sé...
Me aferró… me aferra.
Se ha apoderado de mi,
por mi propia voluntad,
porque lo amo...
Adormecida,
tan solo desaparecí... en el mar.
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