viernes, 20 de febrero de 2009

Vengan los cuervos


¡Vengan a mí, cuervos!
Entierren sus picos en mi pecho
¡Bien profundo, si, mas adentro!
Desgarren mi corazón en pedazos,
que palpiten solos, pútridos y muertos.

Cuelguen en su negro plumaje mi alma abandonada
Llévenla al infierno a donde pertenece
Que no habrá tortura, ni agonía mayor,
que la que en el presente padece.

¡Vengan a mi, hijos de las tinieblas!
Hagan un banquete de mis carnes
Consuman todo hasta que sólo queden mis huesos,
brillantes y secos, bajo el sol de la tarde

¡Vengan a mi pequeños,
¡Despedacen…sin piedad!
No habrá dudas ni lamentos,
en mi lecho de dolor, sangre…y veneno.

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